Descripción de las cuencas
El entonces Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno de Navarra comenzó en
1993 el desarrollo de una Red de Cuencas Experimentales representativas de las diferentes
condiciones naturales y agrarias del territorio. Con ello se persigue el objetivo de que las
tierras se usen de forma que los balances de agua estén controlados en sus vertientes
cuantitativa y cualitativa, espacial y temporal. Esto significa que los volúmenes de agua de
entrada y salida en el área considerada, así como los arrastres de sólidos en suspensión
(sedimentos) y de sustancias en disolución (abonos orgánicos e inorgánicos, sales, productos
fitosanitarios, purines) se mantengan por debajo de unos ciertos límites. Por supuesto, la
cuestión no sólo afecta al área considerada sino, también, a las situadas aguas abajo.
En Navarra se estima que 286.242 hectáreas de superficie cultivada sufren erosión hídrica moderada o fuerte. En estas
áreas, y a diferencia de lo que ocurre en las zonas que no se labran periódicamente
(forestales, pastizales, eriales...), las manifestaciones de la erosión desaparecen con las
labores, borrándose los arrastres, regueros o pequeños surcos que pudieran haberse producido
en la campaña anterior, lo que lo convierte en un proceso especialmente peligroso ya que
en muchas ocasiones puede pasar desapercibido. La creación de la Red de Cuencas
Experimentales Agrarias es la respuesta a la necesidad de tomar medidas directas sobre
los procesos de degradación de tierras en las áreas cultivadas.
Cuencas experimentales
|
|